Erwinia carotovora es la principal bacteria que ataca al cyclamen
Su proliferación se traduce por una putrefacción súbita del bulbo que desprende un olor fétido, acompañado de un desplome de las hojas.
Presente en la mayoría de los suelos, su desarrollo se ve facilitado por un calor excesivo, una fertilización demasiado rica, el empleo de substratos demasiados fuertes que provocan demasiada humedad.
Los medios de lucha son solamente preventivos.
Las bacterias son organismos vivos unicelulares, cuyo tamaño es del orden del micrón. Se reproducen por multiplicación asexual, es decir que la célula bacteriana se divide directamente para dar nacimiento a dos células hijas, idénticas a la célula madre.
Las bacterias Erwinia carotovora y E. chrysanthemi son bacterias fitopatógenas que atacan al cyclamen.
Pertenecen al grupo de las Eubacterias (bacterias verdaderas) y a la familia de las Enterobacteriáceas. Se presentan en forma de bastoncitos rectos, móviles gracias a la presencia de flagelos dispuestos en torno a la célula bacteriana. Son capaces de vivir en un medio aerobio o anaerobio en presencia de agua libre, y se propagan rápidamente. Son parásitos débiles. Todo lo que pone la planta en situación de debilidad puede implicar el desarrollo de la enfermedad, tanto más cuanto que los factores de estrés para la planta son factores favorables a la multiplicación de la bacteria.
Erwinia carotovora es el agente de la putrefacción blanda. Esta putrefacción es húmeda y se encuentra en los órganos carnosos como los bulbos del cyclamen. Esta bacteria pertenece al grupo de las Erwinia pectinolíticas. Sintetiza enzimas de alto poder pectinolítico y celulolítico. Estas enzimas son capaces de disolver la lámina media que se sitúa entre las células y que mantiene la unidad y la rigidez celular. Las pectinas que componen esta lámina media son hidrolizadas por las enzimas en compuestos simples asimilables por la bacteria. La disociación de las células y la desintegración de los tejidos vegetales se traducen por una putrefacción blanda (desorganización de tejidos) y un olor nauseabundo de los tejidos atacados.
La bacteria se desarrolla preferencialmente en los parénquimas.
Se observa en primer lugar la aparición de los síntomas aéreos. Mientras que la enfermedad se traduce por un oscurecimiento del interior del bulbo, que terminará por descomponerse desprendiendo un olor fétido desagradable, la parte aérea se marchita y se desploma brutalmente en la maceta. Las raíces también se invaden. El peciolo de las hojas es blando; también se puede constatar la presencia de manchas de aspecto aceitoso en el punto de inserción entre el peciolo y el limbo. A veces el amarilleo puede preceder la marchitez. La evolución es muy rápida, de la noche a la mañana. Solamente permite detectar las plantas infectadas a una fase muy avanzada en la que el tubérculo blando y fétido se aplasta bajo la presión de los dedos. A veces una mucosa blancuzca se encuentra en la superficie del bulbo. Toda la planta termina por ser contaminada por vía ascendente, y se obstaculiza la circulación del agua y las materias nutritivas.
Para penetrar en la planta, la bacteria debe utilizar las vías naturales (estomas) o las lesiones en el vegetal. De hecho, no poseen ningún órgano diferenciado para penetrar mecánicamente ni las enzimas para debilitar la epidermis cerosa.
En el caso del cyclamen, las bacterias penetran esencialmente por las lesiones y estrías del tubérculo y las heridas de deshojado y desyemado. Estas heridas son especialmente numerosas después del trasplante y las contaminaciones frecuentes durante los días que siguen estas operaciones. Las bacterias se conservan en el suelo y en los residuos de cultivo. Una vez dentro del vegetal, invaden los tejidos de reserva, mientras que se extienden por la planta a través de las vías vasculares.
Las bacterias fitopatógenas no poseen formas de resistencia que faciliten su conservación y su diseminación posterior. Su desarrollo requiere la presencia de un soporte vegetal (planta, residuo de cultivo). Generalmente, la contaminación se hace de planta a planta. Las bacterias se extienden por mancha o por flujo a partir de una planta infectada.
Pueden igualmente sobrevivir en el agua y en los substratos. Los gérmenes solamente pueden proceder de plantas enfermas que introdujerón la enfermedad en el establecimiento.
Con la destrucción total o parcial del bulbo, las bacterias se liberan por millares en el suelo y son arrastradas por las aguas de riego.
La multiplicación de la bacteria se ve favorecida por las elevadas temperaturas (entre 25 y 30°C) en medio húmedo.
Esta bacteria también provoca una putrefacción húmeda de los bulbos y a veces incluso la marchitez de la planta. Es también pectinolítica.
La bacteria es esencialmente vascular. Esta localización es la causa de la marchitez que acompaña la putrefacción blanda de los bulbos.
Además, en caso de destrucción completa del bulbo, la bacteria es capaz de difundirse ampliamente alrededor de la maceta infectada, en particular, cuando los soportes de cultivo se prestan a ello (ejemplo en cultivo en fieltro).
Es posible confundir los ataques de Erwinia con los de los champiñones:
Las enfermedades de Erwinia son a menudo la consecuencia de faltas de cultivo como las variaciones de temperatura, plantación muy profunda en la maceta, o un abono azoado demasiado excesivo.
Actualmente no existe ninguna posibilidad para luchar químicamente contra la degradación de los bulbos una vez que ha empezado.
No existe ninguna autorización de utilización de antibióticos en agricultura. La lucha es exclusivamente preventiva.
Las técnicas principales de lucha consisten en crear y en aplicar condiciones óptimas de cultivo para el cyclamen. En efecto, los factores de estrés de la planta son factores frecuentemente favorables a los ataques bacterianos. Por consiguiente, es necesario:
Las bacterias pueden a veces ser transportadas por los insectos (pequeña mosca coprófaga en el corazón de las plantas por ejemplo), nematodos, devastadores de los invernaderos y el Hombre. La erradicación de los devastadores puede ser un elemento importante en el control de la enfermedad.
En este documento encontraran la descripción de métodos de cultivo que han sido probados en la S.C.E.A. de Montourey ( Frejus/ Francia) para el cultivo del ciclamen. Estos métodos se basan sobre su propia experiencia y también en el conocimiento y utilización de experiencias citadas en referencia. Esta experiencia del cultivo de ciclamen en nuestras condiciones climáticas puede requerir alguna adaptación a otras condiciones, las casualidades naturales pueden confundir algunos resultados aunque la metodología haya sido respectada. Queremos recordar que estos consejos y sugerencias están propuestas a titulo indicativo y no serán en consecuencia una garantía de éxito. Es aconsejable realizar ensayos previos.
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