La cantidad de abono de fondo influye sobre el tamaño de la planta final.
La relación N : K debe quedar en 1 a 2.
Actualmente, se considera que durante la fase de crecimiento principal, la relación N : K debe ser de 1 a 2. El aporte de Nitrógeno no debe ser demasiado alto con el riesgo de provocar la formación de hojas grandes, ataques de Botrytis y de Fusarium, y al final una prolongación del tiempo de cultivo.
Un abonado de fondo demasiado alto es casi siempre negativo para el ciclamen. El resultado de este aporte es el origen del retraso en la floración, pero también de una sensibilidad más acentuada a las enfermedades. En definitiva, el aguante de las plantas deja que desear.
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